¿Qué hace a una empresa llegar al siglo, a los dos siglos y a veces más? El secreto de su fórmula contiene mucho de saber separar empresa y familia, combinado con un elaborado plan de actuación en el que sus valores, y su ser y estar en el mundo son claros. Pero, sobre todo, la clave de la longevidad reside en ser capaz de reinventarse.
Cuando emprendes un negocio familiar la idea es perdurar para que la empresa sea el sustento económico y legado para sucesores y su descendencia.
Las empresas familiares han mostrado una gran capacidad de resiliencia. Representan entre el 80% y 90% de las empresas mundiales y son el pilar de la mayoría de las economías, según el Índice Global de Empresas Familiares que elabora el Centro de Empresas Familiares de la Universidad de St. Gallen, en Suiza, una entidad que analiza las 500 empresas familiares más grandes del mundo en relación con sus ingresos. La importancia que revelan los datos hace que la adaptación al mundo moderno de estas compañías sea trascendental para el buen funcionamiento de las economías.
Existe una ventaja de rendimiento que tienen las empresas familiares, sobre aquellas que no lo son, que se explica principalmente por la búsqueda de la excelencia operativa. Las empresas familiares tienden a mantener un enfoque a largo plazo sobre:
- Inversiones que han realizado
- Las relaciones con las personas que conforman la empresa
- La importancia de mantener la propiedad de la empresa dentro de la familia para hacer las cosas a su manera
Todo esto permite que una empresa familiar se pueda centrar en la mejora de los procesos existentes, que busque algunas fuentes de innovación, desarrolle talento clave en personas del equipo, tenga bajo endeudamiento y posea mayor estabilidad financiera.
La empresa familiar Cox Enterprises, comenzó en 1898 con la compra de The Dayton Daily News. La compañía continuó expandiéndose durante el siguiente siglo a través de adquisiciones de medios de comunicación.
En el año 2000, el 80% de Cox Enterprises seguía centrada en los diarios. “Eso es terrible”, dice el CEO Alex Taylor, miembro de la cuarta generación de la familia Cox en una entrevista en 2015.
A través de un intenso enfoque en la inversión en las telecomunicaciones y los medios de publicidad relacionados con los vehículos, Cox Enterprises ha cuadruplicado desde entonces su tamaño mientras que la industria de los diarios ha sufrido enormemente.
La empresa ha crecido hasta alcanzar unos 21.000 millones de dólares de ingresos anuales en la actualidad.
El éxito de Cox Enterprises es testimonio de la diversificación, la innovación, el fomento del espíritu empresarial y la posibilidad de que la gente pruebe cosas nuevas.
Pero, ¿en qué aspectos debe reparar la empresa familiar para trabajar esa perdurabilidad de generación en generación?
Es fundamental la profesionalización de los miembros de una organización de estas características. Los procesos de capacitación y perfeccionamiento deben abarcar tanto al gobierno como a la gestión de la empresa y abordar cuestiones legales, administrativas y de roles, entre otros temas clave. Esta es la diferencia que define a las empresas con sucesiones anticipadas exitosas que perduran en el tiempo.
Apertura al cambio
Las compañías familiares tienen que estar abiertas al cambio y a la capacidad de innovar. Precisamente, este es el reto más importante identificado para los próximos cinco años, acorde con la encuesta sobre empresas familiares de PwC.
Visión a largo plazo
Una de las actitudes para adaptarse a los tiempos es la de pensar a largo plazo, una característica intrínseca en la mayoría de las empresas familiares.
Agilidad en la toma de de decisiones
Son empresas que consiguen un alto grado de compromiso y lealtad con los distintos grupos con los que se relacionan y a la vez tienen mecanismos simples de toma de decisiones. Así se mantienen ágiles y flexibles. Unas características que son más importantes que nunca ante el mundo moderno en el que nos encontramos donde las situaciones cambian constantemente. Un claro ejemplo lo hemos visto con la crisis sanitaria por la Covid-19. Ha quedado patente que el equilibrio y los valores de la familia se pueden ver alterados por eventos externos muy inmediatos y tener todo -desde las estructuras patrimoniales hasta el acceso a la liquidez- bien definido se ha vuelto imperativo.
Relevo generacional
El papel del asesor patrimonial es especialmente necesario en situaciones en las que se debe definir quién liderará el negocio o cómo se deben distribuir los recursos entre los hijos, ya que lo hará desde un punto de vista global, técnico y parcial. Gracias a su intervención se pueden garantizar transiciones fluidas y llegar a conseguir una posición muy fuerte, que otras empresas envidiarían.
Sin duda, la COVID-19 ha sido la prueba definitiva de la resiliencia en la empresa familiar. La necesidad de hacer frente a una pandemia inesperada ha transformado en tiempo récord la estrategia de las compañías, y en estos momentos el reto pasa por adaptarse a una nueva realidad, en la que economía y sociedad no serán las mismas. La resiliencia de las empresas familiares también es resultado de un liderazgo fuerte, con capacidad de aportar confianza y certidumbre en momentos complejos. Los líderes de estas compañías son conscientes de la magnitud del desafío que ya comenzaron a afrontar hace un año, y continúan con una perspectiva de búsqueda de oportunidades de crecimiento. Cuentan con la experiencia y la perspectiva de formar parte de la historia de compañías que durante años han buscado consolidarse como generadores de riqueza.
Nuestro equipo lleva años acompañando a empresas familiares en su andadura y búsqueda de perdurabilidad y prosperidad. El papel del asesor externo a la organización es especialmente necesario en empresas familiares en las que se debe definir quién liderará el negocio o cómo se deben distribuir los recursos entre los hijos, ya que lo hará desde un punto de vista global, técnico y parcial. Gracias a esta intervención se pueden garantizar transiciones fluidas y llegar a conseguir una posición muy fuerte, que otras empresas envidiarían.
Fuentes:
(1) La Vanguardia
(2) KPMG
(3) Deloitte
