LA ACTUALIDAD DE LA EMPRESA FAMILIAR

LA ACTUALIDAD DE LA EMPRESA FAMILIAR

Emprendimiento y Empresa Familiar

Ago 24, 2015 | Área Empredimiento

El emprendimiento, ¿está de moda o es una necesidad?

Las nuevas generaciones no se conforman con tener que vivir una eterna diáspora, y aunque la globalización es un hecho, también es un hecho la atracción de las propias raíces.

Emprender por tanto es una salida casi automática a una situación de ausencia de oportunidades de desarrollo profesional.

Además es una salida que está siendo fomentada y apoyada por:

  • Las Administraciones. Como vía para reconstruir tejido empresarial y crear puestos de trabajo, aparte de otros fines políticos.
  • Por Capital Inversor que quiere diversificar su cartera ante el peligro de lo inmobiliario y lo poco atractivo de lo monetario.
  • Grupos de entidades, asociaciones, instituciones que desde la responsabilidad social promueven e impulsan de diversa manera el emprendimiento, la iniciativa y la innovación.

Pero no es una salida fácil en absoluto. Todo lo contrario.

Las historias de éxito que podamos encontrar están forjadas sobre tiempo, dinero, esfuerzo, preparación, formación, talento, errores (por no decir fracasos), vuelta a empezar, abandonos, conflictos entre amigos y socios, ideas, búsqueda de todo tipo de recursos: ayuda económica, ubicación, equipo, apoyo en gestión,…

En los primeros pasos hay que contar con la fe y el cariño de las 3F (family, friends and fools) y a partir de ahí construir desde cero sobre una ilusión y un esfuerzo sin medidas: concretar ideas, desarrollar prototipos, captar nuevos clientes, más financiación, ventas con cuentagotas, años donde se planeaban meses…

Las ayudas que se ofrecen no siempre son las más adecuadas. La cultura empresarial y la iniciativa no se suplen sólo con ilusión ni con formación ni con financiación. La experiencia es vital. A emprender se aprende emprendiendo.

Esta es una realidad palpable en nuestro entorno. Participamos activamente con instituciones y en varios casos de emprendimiento y conocemos de primera mano esta situación.

Por otro lado tenemos a pequeñas empresas familiares, asentadas pero con modelos de negocio maduros o caducos (y más después de la crisis), en etapas de pre-sucesión, con problemas derivados en última instancia de la inercia o del inmovilismo.

El motor de una pyme familiar es la iniciativa, y si desaparece o se debilita, la empresa comienza su declive. Esta situación también la estamos viviendo en primera persona, y lamentablemente es una realidad endémica.

Pero esas PYMES Familiares tienen algo muy valioso: recorrido, experiencia. Cartera de clientes (actuales e históricos), instalaciones, proveedores, contactos, equipo más o menos profesional pero curtido en mil batallas, valores, mayor o menor capacidad de inversión o de crédito, reputación e imagen de marca…

No hay que entrar en más explicaciones para comprender el tremendo efecto sinérgico que puede producirse cuando la carencia de uno es la fortaleza del otro y viceversa. No hay que explicar el ahorro de esfuerzo y el rendimiento que podría desprenderse de una buena asociación de ambas.

Ni que decir tiene que los casos de éxito redundarían en nuestro entorno, a nivel humano y económico, y no en fondos de inversión que no sabemos hacia donde acaban derivándose.

¿Y qué hacer para provocar este casamiento entre iniciativa y experiencia?

Hay un evidente problema de comunicación y de desencuentro. Están conviviendo en el mismo espacio pero espalda con espalda. Hablan distintos idiomas.

Necesitamos intérpretes, mediadores. Agentes que conociendo y comprendiendo a ambas partes hagan de “alcahuetes del emprendimiento” y junten el hambre con las ganas de comer.

Emprendimiento + Pyme Familiar + Impulsores

En Japón Matarí estamos en este empeño. Toda ayuda es poca y nadie va a venir a darnos nada. Mucho menos cuando lo que necesitamos lo tenemos ya en casa.

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