Para aquellos que no conocéis el I CHING, deciros que es un sistema de adivinación oriental usado desde hace más de 5.000 años para adelantarse y prever el rumbo de acontecimientos en términos de posibilidades. Porque nada permanece estático, todo lo que sucede es consecuencia de movimientos anteriores, sean estos realizados de forma consciente o no.
Esto de jugar a adivinaciones no es mi objetivo, sin embargo leer este libro me ha permitido adquirir una conciencia más amplia sobre las diferentes fases de conciencia por la que atravesamos o surfeamos en diferentes etapas de los procesos vitales.
El I CHING se basa en la combinación de 64 hexagramas que combinados por pares, reflejan la situación actual o de partida y la situación futura esperada según la mutación de las líneas.
Es interesante y hay mucha documentación en internet si quieres profundizar. Pero ¿qué tiene esto que ver con la empresa familiar o con nosotros como consultores?
HEXAGRAMA 29 “LO ABISMAL”
Este hexagrama refleja perfectamente la situación en que las empresas suelen llegar en busca de ayuda. La imagen sería, por ejemplo, el Cañón del Colorado en EEUU. Una inmensa llanura árida y roja donde apenas crece la vegetación, con un clima desértico y cruzado por un gran cañón que provoca un precipicio abismal que hay que atravesar para poder continuar.
El borde del precipicio es “Lo abismal” es la línea fronteriza que pone punto y final a una carrera desordenada y a veces “sin sentido” o desfocalizada que se lleva en la empresa familiar.
¿Os suena esta situación? Un problema de sucesión sin resolver, quedarse fuera de mercado por falta de previsión y renovación del modelo de negocio, resolver el conflicto familiar negándolo o proyectándolo en facetas empresariales operativas intrascendentes, no aceptar la ayuda de personas con experiencia suficiente…. Todo ello nos puede llevar a ese borde que de pronto nos frena en seco y nos deja sin opciones aparentes de progreso. Lo bueno de situarse en este borde del precipicio es que … aún podemos “no arrojarnos”.
Lo peor sería no verlo y caer al vacío sin más opción que la muerte segura.
Sin embargo, una vez hemos frenado, aún podemos: otear el horizonte, recapacitar, descansar… y tomar decisiones. Porque, ¿te instalarías en el borde de un precipicio “para siempre”?
¿Y qué se ve desde ese “borde del precipicio”? Pues detalles que antes cuando corrías no divisabas, ves la aridez de la tierra que pisabas y de la cual no eras consciente, ves los obstáculos del camino, o bien la falta de herramientas y recursos con los que has convivido y, sin embargo, has continuado hacia delante… y también ves de dónde vienes y sobre todo a dónde NO quieres llegar.
LO ABISMAL es bien conocido por los consultores, lo abismal aparece cuando solo te enfocas en vender y descuidas todo lo de alrededor, entre otras cosas olvidas conocer y optimizar valores como: el margen de explotación, el margen bruto, el punto de equilibrio… el EBITDA, y de pronto te das cuenta que no sabes si ganas dinero, o si estas ganando donde está. O sucede que en esa carrera desenfrenada no se han solventado los conflictos entre socios, y la empresa funciona como una aglomeración de pequeños reinos de taifas inconexos, en fin la casuística es muy variopinta.
Al precipicio se llega exhausto, eso solo lo sabemos cuándo paramos, recuerda que no es “tu cansancio” (o el uso de los recursos) el que te frena, ¡lo hace el entorno! y es una oportunidad que como gerente, o parte del equipo emprendedor, puedes aprovechar para llevar a cabo un proceso de reestructuración o mejora de la competitividad de tu empresa. El precipicio te avisa del peligro pero te recuerda que puedes superarlo y que tienes recursos suficientes para afrontar la situación, solo necesitas humildad para reconocer que hay un potencial de mejora por trabajar, ilusión por salvar el reto y ganas de trabajar con orden y concierto.
Así que si estás viviendo un conflicto en tu empresa, ¡párate! Define ese borde del precipicio que puede llevarte a una caída en vacío y ponte manos a la obra.
Tu siguiente objetivo será el Hexagrama 35 EL PROGRESO.
Espero que os ayude esta reflexión…
Consultora en Japón Matarí