Hoy vamos a hablar sobre cómo abordamos el estudio de las Relaciones Familiares en la empresa familiar.
Normalmente usamos una herramienta que nos permite estudiar dichas relaciones en función de la vinculación que las personas tienen con la empresa, la posición dentro de la familia y el acceso a la propiedad, estos 3 factores determinan en alguna manera el tipo de responsabilidad (habilidad de responder) que la persona tendrá en su empresa familiar.
Con este modelo tratamos de poner un poco de claridad en cómo se gestionan las relaciones familiares dentro de lo que algunas veces es una maraña de relaciones, comportamientos y actitudes que determinan la cultura de la familia empresaria. A esta “maraña” la denominamos Confusión de Roles.
Causas de esta confusión de roles pueden ser:
- Diferencias en la crianza de los hijos, incluso que alguno se crie con un familiar cercano y no dentro del núcleo papa-mama. Temperamento (fuerte, tolerante, emotivo).
- Falta de estructura organizacional formal.
- Falta de claridad en jerarquías, funciones y responsabilidades.
- Situaciones de estrés o desequilibrio entre la energía dedicada al trabajo, a la familia y a uno mismo.
- No existen retos y satisfacciones vinculados al desempeño.
- Poder personal ganado por algún miembro de la familia.
Y sin embargo, a pesar de ello, las empresas familiares disponen de ventajas en el mercado que derivan de dos valores principales:
- UNIDAD: Nos referimos a la fuerza que genera tener objetivos e intereses comunes, reconocimiento de la autoridad, la confianza mutua y la comunicación.
- COMPROMISO: es la voluntad de realizar los proyectos, de auto exigirnos, de dar lo mejor de nosotros.
Si perteneces a una empresa familiar tú tendrás mil ejemplos de cómo Unidad y Compromiso son fundamentales para planificar el futuro de la empresa y familia, y para vivir sanamente las relaciones familiares.
Y entre estos valores, otro fundamental y que merece ríos de tintas es la Comunicación.
De hecho, si hay un axioma que garantiza la viabilidad del proyecto más allá de la generación actual es: “Estar de acuerdo en estar de acuerdo”. Es decir, el compromiso que asumimos como familia en relación a la unidad.
Os comento que esta sencilla frase resume el pilar fundamental sobre el que se construyen proyectos sólidos, y que en muy raras ocasiones está presente en la empresa familiar, de hecho, como consultores es nuestro primer reto, que las personas entienda el valor del consenso, unidad y compromiso.
Porque, además, una cosa es lo que decimos, otra lo que queremos decir, otra lo que el de enfrente oye, y otra lo que entiende… os suena, ¿verdad?
Cuando nos acercamos a las familias de alguna manera tenemos que evaluar el estado de las relaciones, y necesitamos definir esta realidad para acometer los trabajos de protocolo familiar.
Así, definimos 3 climas familiares:
- Clima de Defensa, donde los miembros no expresan sus sentimientos, el grupo por tanto no apoya a los individuos, se generan aislamientos, actitudes de defensa, la ironía como método de relación, etc.
- Clima de Control, donde el conformismo y la apatía son la esencia de las relaciones, y por tanto se genera dependencia, envidias…
- Clima de Aceptación, son familias que han trabajado en una comunicación fácil, se reconocen necesidades globales e individuales.
Para cada una de estas situaciones se generan formas de trabajo diferente con los equipos, es por ello que en Japón Matarí nos apoyamos en el Coaching ejecutivo para trabajar y dar herramientas a las personas que contribuyan a mejorar y potenciar las relaciones grupales siempre buscando la UNIDAD y el COMPROMISO.
Si te ves reflejado en alguna de estas situaciones, has de saber que todo es remediable, trabajable y mejorable.
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