Hoy toca un poco de poesía de la mano de Khalil J. Gibran. Un poeta Libanés fallecido en 1931. Y hoy necesito recupera sus versos para entregarlos a las familias empresarias que depositan en sus hijos todos los anhelos, buenos deseos y también frustraciones y conflictos internos más o menos reconocidos:
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen…Puedes darles tu amor,
pero no tus
pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no pueden visitar
ni siquiera en sueños.Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.Khalil J. Gibran.
Con este poema doy voz a los hijos/hijas de empresarios que fueron educados en la continuidad de la empresa familiar sin tener en cuenta sus aspiraciones profesionales, ni sus talentos, ni sus sueños…
Doy voz a los hijos/hijas que permanecen prisioneros de los miedos del padre, que un día también aceptó la jaula de oro como sueño propio.
Doy voz a las mujeres que comulgaron con una cultura patriarcal porque fueron educadas en la ignorancia de sus propias necesidades…
Doy voz a los hijos/hijas que se mantienen trabajando en la empresa familiar y sueñan con la libertad… porque su creatividad no tiene donde florecer…
Doy voz a los hijos/hijas que protegen la debilidad de los padres que no supieron encontrar su lugar y proyectan en ellos el reconocimiento que nunca tuvieron…
Con este poema quiero recordar a los empresarios y empresarias que las empresas están al servicio de la Familia y no al revés.
Que la lealtad bien entendida respeta y es pareja con el amor, y no con el miedo.
Con este poema desmitifico el dicho de “los hijos se cargan las empresas que sus padres tanto lucharon y trabajaron” porque en los sistemas familiares los ADN se comparten, y nada sucede después que algo haya sido sembrado con el consentimiento de “todos”…
Con este poema, llamo a la responsabilidad y a la valentía de enfrentar el conflicto desde la raíz y no desde lo superficial.
Con este poema, declaro mi compromiso de trabajar para las personas, y para las empresas de forma “saludable”.
Y también afirmo que solo las empresas profesionalizadas, conscientes y comprometidas con sus dueños actuales y futuros podrán celebrar la continuidad y expansión del proyecto empresarial.
¡Feliz semana!
Consultora en Japón Matarí