El desarrollo del liderazgo como complemento del modelo de gestión de la empresa familiar es un aspecto esencial para conseguir mejores resultados en el desempeño directivo. La profesionalización de los puestos directivos es uno de los retos a afrontar de manera inmediata cuando se plantea su continuidad en momentos de crisis.
Garantizar la supervivencia del negocio es el principal objetivo de la empresa familiar, por encima incluso de otro tipo de metas de carácter económico como aumentar el beneficio o incrementar el valor de mercado. Sin embargo, para lograr esa supervivencia las empresas familiares deben esforzarse por comprender a fondo los roles de liderazgo en la gestión de su propia organización.
El liderazgo en la empresa familiar es decisivo, ya que de él dependen la estabilidad de la empresa y la buena sintonía de la familia.
Si tu objetivo como empresa familiar es conseguir una estabilidad y sostenibilidad a largo plazo, al mismo tiempo que mantienes la unidad familiar, es necesario tener muy en cuenta que debes entender a la perfección la relación entre tus valores, estrategia, tu visión como líder y las prioridades de tu familia. Todo ello siguiendo una misma línea y sin perder la consonancia.
Uno de los grandes desafíos de la empresa familiar es garantizar su supervivencia. Los estudios confirman que tan solo el 50% de las empresas familiares sobreviven a la marcha de su fundador. De todas ellas, menos del 30% alcanzan la tercera generación y apenas el 1% llegan a la cuarta.
La confusión en los roles de liderazgo desencadena importantes conflictos en la organización que pueden llegar a enquistarse condenando el futuro de la empresa. Por ello, separar y diferenciar el papel de cada uno es esencial.
También resulta vital tener clara tanto la posición desde la que se habla como la posición desde donde se escucha para evitar enfrentamientos mantener unos nexos fuertes y alcanzar la armonía corporativa que garanticen la supervivencia de la empresa familiar.
Es importante tener en cuenta que para llevar a cabo un buen liderazgo en tu empresa debe existir una comunicación fluida, transparente y honesta.
Todo el sistema que forma familia y empresa debe desarrollar habilidades de comunicación asertiva y llevar a cabo protocolos de comunicación que permitan el manejo de los conflictos.
En el entorno en el que vivimos desde hace más de un año, marcado por la incertidumbre, es de vital relevancia contar con una figura de liderazgo fuerte, que posibilite respuestas y tranquilidad al equipo. Estamos en una época de crisis que no sólo afecta a la economía, sino también a las emociones de las personas, por ese motivo, la comunicación empleada en estos días debe cumplir dos objetivos muy claros: informar y motivar.
Aprovechando que hablamos del momento de crisis en el que nos encontramos, es muy importante que veamos ésta y otras crisis como oportunidades.
Es el momento de tener en cuenta e involucrar a las siguientes generaciones de líderes de tu empresa, haciéndoles ver que sus opiniones son importantes y que necesitas de sus nuevas ideas para conseguir la continuidad de tu negocio.
Estilos de liderazgo
Muchos estudios afirman que el liderazgo no es algo innato, sino que se aprende a liderar y se mejora con el tiempo. Aunque, bien es cierto, que existen muchos factores que influyen a la hora de que una persona sea buen líder o no.
Daniel Goleman, hablad de las competencias emocionales, y decía que algunas de las más comunes en los líderes son las siguientes: autoconocimiento, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales.
De esta forma, según cómo se combinen estas competencias, podemos encontrar seis estilos de liderazgo diferentes:
- Estilo coercitivo: basado en “haz lo que yo digo”. Puede resultar muy efectivo en situaciones de cambio y en situaciones críticas, aunque poco recomendable en el resto, pues limita la flexibilidad de la empresa y merma la motivación de los colaboradores.
- Estilo autoritario: basado en el enfoque “ven conmigo”. El líder explica el objetivo general que se persigue y da libertad a sus colaboradores para elegir la mejor forma de alcanzarlo. Muy útil cuando el directivo trabaja con un equipo formado por expertos, que en algunos casos pueden incluso tener más experiencia que él.
- Estilo orientado a las personas: se inspira en la idea de que “las personas son lo primero”. Especialmente efectivo para crear grupos de trabajo armoniosos y para subir la moral, aunque a veces estos líderes pecan de no acompañar lo suficiente a sus colaboradores, que pueden sentirse algo desatendidos.
- Estilo democrático: da voz a los trabajadores a la hora de tomar decisiones. Estos líderes construyen organizaciones flexibles y responsables, aunque a veces tanta libertad puede hacer que los empleados se sientan algo confusos y perciban cierta falta de liderazgo.
- Ejemplarizando: estos líderes buscan la excelencia y ellos son los primeros que trabajan para alcanzarla. Este estilo tiene un impacto muy positivo si se cuenta con empleados muy motivados y competentes, pero algunos colaboradores pueden sentirse abrumados ante tal nivel de exigencia.
- Acompañamiento: se centra en el desarrollo personal de los empleados, en lugar de priorizar las tareas diarias. Muy útil para colaboradores que son conscientes de sus puntos débiles y desean mejorar, pero con otro tipo de colaboradores puede generar resistencia.
En realidad, los mejores líderes son aquellos que no solo conocen uno de estos estilos, sino que están capacitados en varios de ellos y tienen la flexibilidad necesaria para adaptar su estilo de liderazgo a cada situación.
La rentabilidad, estabilidad y trascendencia de una compañía familiar dependerá de la madurez que tenga la familia, y está madurez será producto del trabajo del líder familiar, quien deberá enfrentar varios retos, entre ellos, fomentar interés en la empresa familiar. Es bastante común que las nuevas generaciones sean indiferentes al negocio, aun cuando este ha sido producto del esfuerzo de años de trabajo del padre o del abuelo. Si el líder logra atraer el interés de los miembros jóvenes, en determinado momento podrán éstos ejercer nuevos liderazgos y tomar las riendas, permitiendo la trascendencia generacional de la compañía.
¿Cuáles son las claves para conseguir esta figura de liderazgo?
- Educar empresarialmente. El líder familiar debe dejar claro que la empresa es algo más que un negocio, es el resultado de años de trabajo, una fuente de bienestar y una oportunidad de crecer, mejorar y trascender para las nuevas generaciones. El líder debe buscar una preparación profesional y adecuada para quienes dirigirán un día la entidad.
- Separar los problemas. Los problemas familiares no deben influir en el funcionamiento de una empresa así como los problemas del negocio no deben traspasar al núcleo familiar. A su vez, el líder de la familia debe hacer compatibles los intereses divergentes entre la empresa y la familia, procurando la felicidad de la familia y el éxito de la empresa.
Ciertamente el liderazgo hace una diferencia esencial en cualquier compañía, pero en el caso de la empresa familiar, se ejerce en condiciones distintas. La presencia de la familia y la coincidencia entre administración y propiedad hace más complicada la labor de liderazgo. El líder familiar debe asumir estas y otras responsabilidades y retos, y aunque no es una tarea sencilla, al final tendrá un éxito doblemente satisfactorio: un negocio rentable, funcionando y una familia estable y en armonía.
En las organizaciones familiares no siempre tenemos a los mejores perfiles para liderar, es por ello por lo que se recurre a líderes externos a la familia. Esto, no siempre es aceptado por todos los miembros del equipo, aun así, es la solución perfecta para reducir los conflictos y llevar tu empresa al siguiente nivel.
Este tipo de líder puede ser el encargado guiar la empresa a la excelencia, ya que se encuentra alejado de las dinámicas familiares, por lo que aportará el punto de vista imparcial que necesita tu empresa.
Nuestro equipo lleva años acompañando a empresas familiares en su camino hacia la búsqueda de la excelencia, ayudando como asesores externos a las organizaciones en todo lo necesario, incluyendo la definición de quién debe liderar el negocio desde un punto de vista técnico y parcial.
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Fuentes:
(1) Gadebs
(2) Semana.com
(3) Empresafamiliar.iese
Imagen:
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