En los primeros siete meses de 2023, España ha experimentado un notable aumento en la creación y el incremento neto de empresas.
Este fenómeno económico se traduce en la incorporación de 53,811 sociedades mercantiles, marcando un impresionante crecimiento del 15% en comparación con el mismo período del año anterior.
Un resultado que no solo es una noticia alentadora para la economía española, sino que también tiene importantes implicaciones para un segmento crucial de la comunidad empresarial: las empresas familiares.
Un año récord
El último informe del INE (Instituto Nacional de Estadística) revela como el 2023 ha sido, hasta la fecha, el año más dinámico para el tejido empresarial español de los últimos quince años.
El segundo mejor año en términos de crecimiento empresarial fue el 2016, con 52,800 sociedades adicionales. Sin embargo, el récord absoluto lo ostenta 2008, cuando España ganó la asombrosa cifra de 60,743 compañías.
Creación de Empresas vs. Disolución
El aumento en la creación de empresas en 2023 es principalmente impulsado por la incorporación de nuevas compañías, con un total de 69,277 constituidas de enero a julio, en comparación con las 62,232 del año anterior.
A pesar de que la tasa de disolución de empresas se ha mantenido relativamente constante, con 15,416 disoluciones en los primeros siete meses del año actual en comparación con 15,425 del año anterior, el resultado neto nos proporciona un incremento significativo.
El rol de las Empresas Familiares
Este auge en la creación de empresas tiene un impacto significativo en las empresas familiares.
Muchas de estas organizaciones, arraigadas en la tradición y los valores familiares, comienzan como negocios familiares antes de crecer y expandirse.
El incremento en el emprendimiento podría estimular la formación de nuevas empresas familiares y brindar oportunidades para que prosperen en una variedad de sectores, como el comercio, la hostelería, la construcción y las actividades inmobiliarias y financieras.
Las empresas familiares a menudo se enfrentan a desafíos específicos, como la sucesión generacional y la gestión de conflictos familiares.
Un contexto empresarial en evolución puede influir en cómo estas empresas abordan estos desafíos,y ofrecer oportunidades para una transición más suave entre generaciones y una gestión más eficiente.
El desafío de la sucesión
Uno de los aspectos más desafiantes para las empresas familiares es la sucesión generacional.
A medida que la primera generación de fundadores envejece, surge la necesidad de transferir la propiedad y la gestión a la siguiente generación. Este proceso puede ser complejo y difícil de llevar a cabo.
Sin embargo, las empresas familiares de nueva constitución pueden beneficiarse de una planificación de sucesión desde el principio, lo que podría conducir a transiciones más fluidas y exitosas en el futuro.
Pueden aprovechar la creciente dinámica empresarial para iniciar y desarrollar nuevos proyectos.
El entorno empresarial dinámico contribuye al éxito continuo de estas organizaciones arraigadas en la tradición y los valores familiares.
Con la combinación de factores favorables, España está experimentando un resurgimiento empresarial que tiene el potencial de impactar positivamente tanto en su economía como en su tejido empresarial familiar.
Fuente:
(1) ElMundo.es
(2) LaVanguardia
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