Las empresas familiares juegan un papel fundamental en la economía global, representando aproximadamente dos tercios de todas las empresas a nivel mundial. Sin embargo, aunque estas compañías suelen ser resilientes, se enfrentan desafíos únicos debido a la compleja intersección entre las dinámicas familiares y las demandas del negocio.
Uno de los mayores riesgos que afrontan es la aparición de conflictos internos que pueden comprometer su estabilidad y continuidad.
Se pueden identificar dos áreas clave para transformar estos conflictos en oportunidades de crecimiento y, de esta forma, asegurar una transición exitosa hacia el modelo de familia empresaria: la profesionalización de la gestión y la alineación de los intereses familiares.
La profesionalización de la gestión empresarial
Una de las causas más comunes de conflicto en las empresas familiares es la falta de separación entre los roles familiares y los roles empresariales. A menudo, las decisiones se toman basadas en emociones o en lealtades familiares, lo que puede afectar negativamente el desempeño del negocio.
La profesionalización de la gestión asegura decisiones basadas en criterios objetivos y estratégicos, lejos de influencias emocionales
Contar con líderes y gestores capacitados, tanto de dentro como de fuera de la familia, asegura que las decisiones se tomen con criterios objetivos, basados en el análisis del mercado y en las mejores prácticas de la industria.
La profesionalización no implica excluir a los miembros de la familia de la gestión, sino asegurarse de que quienes ocupan posiciones clave tengan las competencias necesarias para hacerlo de manera efectiva. Además, es crucial que los familiares que no estén involucrados directamente en la gestión mantengan un rol activo en la toma de decisiones estratégicas a través de órganos como el Consejo de Familia.
Alineación de los intereses familiares y empresariales
La falta de comunicación, la diferencia de expectativas o la ausencia de una visión compartida suelen ser las principales fuentes de conflicto que pueden poner en riesgo la continuidad del negocio.
Es importante crear espacios de diálogo como el Consejo de Familia, donde los miembros pueden discutir y acordar los valores, la visión y los objetivos de la familia respecto al negocio. Estos órganos permiten que la familia se mantenga cohesionada en torno a una estrategia común, lo que disminuye el riesgo de malentendidos y conflictos.
Promover una comunicación abierta y honesta entre generaciones, donde todas las voces, desde los fundadores hasta los miembros más jóvenes, puedan ser escuchadas y valoradas es la mejor forma para construir un entorno de confianza mutua y respeto, que refuerza tanto la unión familiar como la fortaleza empresarial.
La clave está en la armonía entre profesionalización y cohesión familiar
Convertirse en una familia empresaria no solo implica asegurar el éxito financiero del negocio, sino también garantizar que las relaciones familiares no se vean deterioradas por los desafíos empresariales. Al profesionalizar la gestión de la compañía y alinear los intereses de los distintos miembros de la familia, las empresas pueden superar los conflictos internos que ponen en riesgo su continuidad.
En Japón Matarí, entendemos que cada empresa familiar es única y, por ello, ofrecemos soluciones personalizadas que permiten a nuestras empresas crecer sin comprometer sus relaciones familiares. Acompañamos a las familias empresarias en su camino hacia la profesionalización y el fortalecimiento de sus lazos, asegurando que el legado perdure por generaciones.