Vivimos en tiempos donde la incertidumbre ha dejado de ser una excepción para convertirse en la regla. Las transformaciones geopolíticas y una creciente fragilidad social nos colocan frente a tensiones cada vez más complejas.
En este contexto, los desafíos globales han dejado claro que los modelos tradicionales de liderazgo ya no son suficientes. Hoy, liderar significa encarnar un propósito que inspire y guíe hacia soluciones sostenibles y significativas.
La capacidad de adaptarse al entorno se ha convertido en un principio básico de supervivencia, aplicable a cualquier ámbito. Para las empresas familiares, esta realidad demanda una transformación profunda que asegure su relevancia y resiliencia.
Más que liderazgo
El liderazgo sostenible redefine lo que significa dirigir con propósito. No basta con liderar bien: es imprescindible hacerlo con conciencia y responsabilidad, integrando el impacto positivo en las personas y el planeta como parte esencial del éxito empresarial.
Según informes recientes, la sostenibilidad es ya una prioridad para un 79% de los CEOs, quienes alinean sus modelos de negocio y productos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Este tipo de liderazgo busca dejar un legado beneficioso para futuras generaciones.
Características clave de los líderes sostenibles:
- Inclusión de stakeholders: Promueven igualdad, diversidad e inclusión, asegurando que todas las voces sean escuchadas y respetadas.
- Propósito y misión: Integran altos estándares éticos, ambientales y sociales en cada acción empresarial.
- Emoción e intuición: Construyen relaciones basadas en confianza, empatía y resiliencia emocional.
- Tecnología responsable: Utilizan innovaciones digitales de manera ética, respetando los límites del planeta.
- Aprendizaje continuo: Transforman datos en conocimiento práctico, fomentando la preparación para el futuro.
La sostenibilidad como ventaja competitiva
Hoy, más que nunca, las empresas se enfrentan a una responsabilidad compartida de generar valor que trascienda lo económico, impactando positivamente en la sociedad y el medioambiente.
Las empresas familiares, con su capacidad única de planificar a largo plazo, están especialmente bien posicionadas para liderar esta transformación. Su conexión profunda con el territorio donde operan y su compromiso con las generaciones futuras les otorgan una ventaja competitiva: pueden integrar la sostenibilidad en sus estrategias de manera genuina y coherente.
- Compromiso con objetivos globales:
Estas organizaciones juegan un papel importante en la consecución de metas como la descarbonización, el fortalecimiento de la transparencia y el buen gobierno, promueven la construcción de una sociedad más igualitaria y contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), refuerzando su reputación y confianza frente a sus stakeholders. - El modelo de valor compartido:
Adoptar un modelo de valor compartido permite a las empresas familiares ir más allá del beneficio económico. Esto las posiciona como referentes, capaces de demostrar que la sostenibilidad no es un gasto, sino una inversión estratégica que impulsa la innovación, mejora la resiliencia ante crisis y genera confianza duradera. - Inspirar con propósito:
Más allá de adaptarse a un entorno cambiante, las empresas familiares tienen la oportunidad de inspirar con su liderazgo. Su capacidad para equilibrar intereses económicos con el impacto social y ambiental las convierte en agentes de cambio esenciales. Ayudan a construir un futuro más justo, equitativo y sostenible.
Transformar la incertidumbre en posibilidad
En Japón Matrarí, creemos que la sostenibilidad es una obligación estratégica. Nuestro enfoque es acompañar a las empresas familiares en el diseño de modelos empresariales resilientes, responsables e inclusivos, donde cada decisión tenga un impacto que trascienda generaciones.
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Fuentes:
