LA ACTUALIDAD DE LA EMPRESA FAMILIAR

LA ACTUALIDAD DE LA EMPRESA FAMILIAR

Cómo Activar el Emprendimiento desde Dentro de la Empresa Familiar

Abr 24, 2025 | Área Empresas

 

Los datos más recientes sobre creación de nuevas empresas dibujan una transformación profunda.

Cada vez son más quienes fundan negocios buscando independencia personal, alineamiento con valores propios o una forma de canalizar experiencias vitales que quieren convertir en impacto real. Ya no hablamos solo de crear valor económico, también simbólico, emocional y social.

Este fenómeno, que viene ganando fuerza en sectores tan diversos como la salud, la tecnología, el turismo o el bienestar, no puede leerse únicamente como una tendencia macroeconómica. También es una oportunidad estratégica para las empresas familiares que quieren evolucionar sin perder su identidad.

 

El intraemprendimiento, motor de cambio interno

En muchas familias empresarias conviven varias generaciones con visiones diferentes sobre el negocio, los tiempos, los riesgos y el papel del propósito. Es natural. Lo interesante no es esa diferencia, sino lo que se hace con ella.

Cada vez se habla más del intraemprendimiento: la capacidad de generar proyectos, servicios o líneas de negocio innovadoras desde dentro de una organización, aprovechando sus recursos y con su respaldo estructural. Aunque este concepto suele asociarse a los empleados en grandes empresas, también puede adaptarse al contexto familiar.

Entender el emprendimiento dentro de la familia no implica delegar ni sustituir. Implica crear condiciones para colaborar desde perspectivas distintas, con lenguajes distintos y motivaciones distintas. Las nuevas generaciones aportan ideas y también traen otras formas de gestionar el tiempo, el riesgo y la relación con los clientes. A menudo, su mirada es más transversal y más digital.

El reto no está en “encajarlas” en la estructura existente, consiste en activar sinergias entre generaciones:

  • Combinar experiencia y velocidad,
  • Estructura y fluidez,
  • Memoria y visión de futuro.

 

Cuando el emprendimiento se plantea como un proyecto compartido,  se activa una conversación intergeneracional muy potente. Una conversación que, bien guiada, puede convertirse en una ventaja estratégica duradera.

Para ello, la familia necesita espacios de escucha, lenguaje común y un marco relacional donde lo nuevo no se perciba como amenaza, sino como evolución del legado.

Frente al modelo tradicional, donde la continuidad se medía en términos de sucesión directa y conservación del legado, el nuevo mapa del emprendimiento ofrece otra vía: la del intraemprendimiento estructurado, que permite canalizar la energía emprendedora de los miembros de la familia hacia proyectos viables, complementarios y con identidad propia.

Un enfoque que permite proteger el vínculo emocional con el grupo familiar y profesionalizar las decisiones, generando espacios de crecimiento sin fisuras.

 

Una nueva relación con el riesgo y la autonomía

El nuevo perfil emprendedor prioriza la autonomía como valor central: no solo para decidir, sino para crear desde la autenticidad.

Esta autonomía es  un modo distinto de asumir la responsabilidad: más ligado a la iniciativa individual, a la validación continua del propósito y a la capacidad de adaptación constante.

A menudo, esta lógica se construye sobre el ensayo como forma de aprendizaje, no como amenaza.

Se asume que el producto o servicio evolucionará con el tiempo, que el mercado aportará información valiosa y que equivocarse  forma parte del proceso. Frente a ello, muchas empresas familiares han sido educadas en una cultura del control: con modelos de negocio validados, procesos estables, decisiones colegiadas y estructuras heredadas que premian la solidez por encima de la agilidad.

Este desfase no es un obstáculo insalvable, pero sí exige un cambio profundo en la forma de concebir el riesgo. Para integrar proyectos emergentes sin asfixiarlos, la familia empresaria necesita entender que la innovación no puede evaluarse con los mismos criterios que se aplican al negocio principal. Exigir rentabilidad inmediata o madurez estructural desde el inicio es una forma silenciosa de bloqueo.

Aquí es donde la consultoría cobra especial valor: diseñar espacios seguros para explorar, con marcos de gobernanza adaptados, indicadores de seguimiento acordes al estadio del proyecto y una narrativa compartida sobre qué significa tener éxito en las fases iniciales. Se trata de establecer límites que den libertad, no que la limiten. De acompañar y sostener.

Solo desde esa madurez institucional es posible que convivan, dentro del mismo ecosistema familiar, el negocio consolidado y los nuevos brotes. Y que ambos se nutran mutuamente.

Del legado a la visión compartida

 

Cuando se trabaja con empresas familiares desde la consultoría, es importante estar dispuestos a transformar.

En este sentido, el emprendimiento emergente , el que nace de motivaciones personales, inquietudes vitales o nuevas formas de concebir el trabajo,puede ser una palanca poderosa. No se trata de elegir entre lo nuevo y lo heredado, sino de articular un espacio en el que ambos puedan dialogar.

Para que esto ocurra, es necesario un acompañamiento que sepa leer los ritmos de cada generación, identificar sinergias y diseñar estructuras que permitan explorar sin romper. La consultoría estratégica en el ámbito familiar tiene aquí un papel clave: crear puentes, proponer preguntas, definir reglas del juego claras y ayudar a que cada proyecto, nuevo o consolidado, tenga el espacio que necesita para desarrollarse con sentido.

 

 

 

Fuentes: 
  1. Japón Matarí
  2. Forbes


			

Artículos relacionados

Se ha recibido un incentivo de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía IDEA, de la Junta de Andalucía, por un importe de 7.490 euros, cofinanciado en un 80% por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, FEDER para la realización del Proyecto PLAN DE MARKETING, con el objetivo de garantizar un mejor uso de las tecnologías.

   NOSOTROS   |   SOLUCIONES   |   BLOG   |   ¿HABLAMOS?