LA ACTUALIDAD DE LA EMPRESA FAMILIAR

LA ACTUALIDAD DE LA EMPRESA FAMILIAR

Acompañar a La Empresa Familiar en Su Evolución

Jun 26, 2025 | Área Patrimonial, Empresa Familiar

En el tejido empresarial español predominan compañías de reducido tamaño. Esta estructura, si bien aporta agilidad y cercanía, también influye en la fragilidad de muchas de nuestras empresas: no es casual que la tasa de desaparición sea elevada en comparación con otros países europeos. Dentro de este panorama, la empresa familiar representa una realidad mayoritaria , especialmente entre las microempresas, pero con una escasa presencia en las grandes ligas corporativas.

Aunque las empresas familiares tienden a ser más pequeñas en volumen de empleados, facturación y activos, se distinguen por su alta intensidad en el uso del trabajo y por su capacidad de permanencia en entornos locales. La relación entre tamaño y rentabilidad es directa: a mayor dimensión, mayores posibilidades de obtener beneficios sostenidos. En este sentido, las medianas empresas familiares alcanzan los mejores niveles de rentabilidad. Sin embargo, las microempresas familiares continúan siendo predominantes, sobre todo en comunidades como Galicia (67,4 %) y Castilla-La Mancha (61,8 %).

Este contexto pone de relieve una necesidad estratégica: si queremos que nuestras empresas familiares sobrevivan, crezcan y se consoliden, es imprescindible acompañarlas en su evolución. Y evolucionar, en este caso, no solo significa profesionalizar estructuras o mejorar procesos; significa también reforzar su identidad, revisar sus modelos de gobierno y prepararse para los desafíos que plantea el relevo generacional.

 

Avanzar con un propósito claro

Muchas empresas familiares se encuentran, tarde o temprano, ante el mismo dilema: ¿cómo seguir creciendo sin renunciar a lo que nos hace diferentes? La respuesta no es sencilla, pero sí compartida por aquellas que han logrado consolidarse con éxito: avanzar no es solo una cuestión de ambición, sino de enfoque.

Es importante empezar por cuidar lo que ya se ha construido: proteger los valores fundacionales, reconocer los logros alcanzados y poner en valor la experiencia acumulada. Pero también implica atreverse a revisar las formas de tomar decisiones, a adaptarse a nuevos contextos y a integrar nuevas generaciones en el proyecto común.

Avanzar requiere madurez organizativa y apertura familiar.

 

Sostenerse en el tiempo

Una de las ideas más repetidas en el ámbito empresarial es que las empresas familiares tienen, por lo general, una vida más corta. Antes de analizar los retos propios del relevo generacional o las dificultades asociadas al crecimiento sostenido, conviene detenerse en una cuestión de fondo: ¿por qué tantas empresas familiares no logran perdurar?

Con el paso del tiempo, toda empresa entra en una etapa de madurez. Las tasas de crecimiento se estabilizan, la energía emprendedora del inicio se diluye y el entorno competitivo exige nuevas respuestas.

Después de dos o tres décadas al frente del negocio, es natural que cambien tanto las capacidades como las motivaciones del fundador. Con la experiencia acumulada, se refuerza la búsqueda de estabilidad y seguridad patrimonial, y se abre una oportunidad única para redefinir el rumbo de la empresa con perspectiva y madurez. Este momento puede convertirse en una etapa clave para incorporar nuevas miradas, integrar talento joven y diseñar, de forma ordenada, una transición que impulse la renovación de la estructura sin perder lo esencial.

Las empresas que evolucionan a tiempo incorporan talento externo, diversifican, profesionalizan sus estructuras y reducen su dependencia del patrimonio familiar. Las que no lo hacen pueden verse atrapadas en modelos rígidos, vulnerables a cualquier cambio de contexto.

En el caso de la empresa familiar, la falta de adaptación puede compromete la viabilidad económica: afecta directamente a la cohesión del grupo familiar, a la transmisión del legado y a la sostenibilidad de la propiedad compartida. Por eso, acompañar estos procesos de transformación no es solo una cuestión de gestión, sino una necesidad estructural para garantizar continuidad.

 

Acompañar la transformación

En Japón Matarí trabajamos con familias empresarias que quieren avanzar. Acompañamos procesos de reflexión, diseñamos estructuras de gobernanza adecuadas a cada etapa y facilitamos el diálogo entre generaciones.

Sabemos que no se trata de aplicar un modelo estándar, sino de identificar lo que necesita cada empresa familiar para evolucionar con claridad. Por eso combinamos visión estratégica, experiencia organizativa y comprensión profunda de la dimensión emocional que atraviesa todos estos procesos.

 

 

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