Esta es la cuestión… Porque en el momento de la sucesión en la empresa familiar resulta que el conflicto generacional surge, a veces de forma tranquila y a veces de forma virulenta, en función de los caracteres y personalidades de las figuras padre/hijo, y ello a pesar de que la relación profesional y/o paterno filial a priori sea armoniosa.
El principal problema, según he visto en las empresas, lo constituye el hecho de cómo se vive este conflicto, generalmente en primera persona, con una gran relevancia emocional, con pocos referentes externos que nos ayuden a medir el grado de complejidad de la situación vivencial y según los casos con intervenciones de otro “actores” bien de la empresa o familiares que pueden estar distorsionando el foco del conflicto por una mala apreciación del mismo.
Lo primero que me gusta decirles a estas familias y trabajar con ellos es la tranquilidad. Hay que relativizar el conflicto y verlo en un contexto más amplio. Digamos que se trata de identificar cada fase o “punto caliente”, pero sobre todo de entender que es un proceso natural y que ocurre de forma similar en todas las empresas familiares que están luchando o trabajando para la sucesión. Saber que “no somos los únicos” que enfrentamos mente/corazón y que por tanto no somos bichos raros por hacer prevalecer cada uno los intereses a pesar de ir en contra del oponente, es un respiro importante.
Lo segundo es comprender que este proceso es nuevo para todos, es decir ni el padre ni el hijo se han enfrentado antes a esta situación y por ello se trata de un trabajo colaborativo donde el resultado final es “lo mejor” para la empresa y la familia. Se trata de un proceso de profundo aprendizaje.
Pero, ¿qué suelen demandar las generaciones entrantes sobre las generaciones salientes?
Pues aquí la casuística es diversa, sin embargo, hay algo coincidente en muchas empresa, y es que los jóvenes demandan: PLANIFICACIÓN frente a IMPROVISACIÓN.
Porque los descendientes no cuentan con la experiencia de los mayores, reclaman delimitar el territorio, saber cuál es el siguiente paso o cual el plan de contingencia, porque están continuamente decidiendo y evaluando su futuro y es duro sentirse presa de la incertidumbre, aunque ésta no sea real y el “plan” esté en la mente del gerente, pero no ha sido comunicada.
Muchos fundadores dan por hecho que todos “saben dónde vamos” sin ser consciente del torbellino de ideas, expectativas y resultados que ellos mismos tiene en la cabeza.
¿Y por qué los gerentes rechazan tener una planificación estratégica o de largo plazo?
1.- Porque “pasar a un folio” lo que llevan en la cabeza, realmente es un esfuerzo importante y necesita tiempo y dedicación, especialmente si no se cuentan con herramientas para plasmarlo: mapas mentales, Gant, cuadro de indicadores…
2.- Porque realmente significa una pérdida de poder para ellos, es ceder parte de ese control o permitir la interferencia, es aceptar que ha llegado la hora del relevo…
3.- Si los planes incluyen a la familia, aparecen temores, falta de claridad, miedo a no ser comprendido, miedo a las reacciones de los miembros familiares…
Y la verdad que no es reprochable que surjan estas cuestiones.
Como consultores ajenos a la familia hemos de adelantarnos y facilitar cada una de estas cuestiones, aportando metodología, herramientas de trabajo, asesoramiento y mediación ante el conflicto, simplificar y relativizar, ayudar a que ambas partes se coloquen al otro lado del tablero y consensuar posiciones, y sobre todo informar y formar.
Nuestra propuesta parte de identificar de forma intergeneracional la Visión y Misión de la empresa familiar, integrando los valores de la generación saliente y de la generación entrante.
Incluye la revisión del modelo de negocio, para ello usamos la metodología de Desarrollo de Negocios CANVAS, e incorporamos herramientas visuales que faciliten y promuevan la fácil comprensión para todos de dónde estamos y cuáles son los proyectos de futuro.
Y sobre todo generamos los foros y espacios donde hablar y reflexionar fuera del día a día de la dinámica empresarial, para que todos adquieran la perspectiva suficiente y sepan identificar y resolver de forma objetiva las discrepancias.
Espero haber aportado un poco de luz a tu empresa familiar si ya estás pensando en la sucesión, y como siempre os aconsejamos que os informéis y forméis porque vale la pena estar preparados.