En el tejido empresarial español, las empresas familiares representan una columna vertebral sólida, conformando el 85% del panorama empresarial y contribuyendo significativamente al empleo, con más de 13,9 millones de trabajadores, equivalente al 75% del empleo privado y un aporte del 70% al PIB nacional.
A pesar de su magnitud, estas entidades se enfrentan a desafíos complicados particularmente en un escenario donde la evolución tecnológica y la competencia global exigen adaptabilidad y talento especializado.
El apego a la familia puede ser un arma de doble filo para las empresas familiares
El talento
La atracción y retención de talento se alzan como uno de los retos más apremiantes para la sostenibilidad competitiva de estas empresas, en un entorno donde la excelencia profesional es imperativa.
La búsqueda de personal calificado es un constante obstáculo, agravado por la tendencia de estos profesionales hacia empresas de mayor envergadura. La implementación de políticas de conciliación, como la flexibilidad retributiva, el banking horario y modalidades de trabajo remoto, son estrategia clave para atraer este talento escaso y valioso.
La implementación de la tecnología y la digitalización eficiente, la diversificación de productos y servicios para mantenerse competitivos, y la promoción de la autofinanciación para una mayor independencia de los mercados financieros, emergen como pilares fundamentales.
El relevo generacional
La fusión entre la empresa y la familia, aunque enriquecedora, también puede generar tensiones, especialmente durante los procesos de transición generacional, donde la identidad empresarial y los intereses familiares pueden colisionar.
Los procesos de sucesión se ven fuertemente influidos por el nivel vinculación que los principales miembros de la familia tienen con la
empresa.
Para fomentar el crecimiento y asegurar la continuidad de estas organizaciones, es esencial adoptar estrategias innovadoras. Es muy importante el procesos de preparación de los futuros líderes, la identificación previa de los sucesores y una delicada valoración de la conveniencia de la incorporación de los miembros de la familia a la empresa.
Es la gobernanza familiar que , a través de procesos y estructuras, tiene que apoyar la comunicación entre los miembros de
la familia y ayudarles a definir quiénes son como grupo y qué quieren lograr.
Las empresas familiares poseen atributos que las distinguen: una identidad empresarial arraigada, estabilidad y flexibilidad.
Han demostrado, a lo largo de generaciones, una capacidad única para sobrellevar crisis económicas y adelantarse a la competencia mediante la diversificación y adaptación continua.
A pesar de su frecuente subestimación, estas empresas han probado ser resilientes ante desafíos complejos y se proyectan como pilares fundamentales de su sostenibilidad a largo plazo.
