LA ACTUALIDAD DE LA EMPRESA FAMILIAR

LA ACTUALIDAD DE LA EMPRESA FAMILIAR

La Empresa Familiar No Se Detiene En Verano

Ago 14, 2025 | Empresa Familiar, Formación

En el imaginario colectivo, agosto se asocia con descanso, desconexión y menor actividad empresarial. Sin embargo, en la empresa familiar, donde la visión a largo plazo y la continuidad son esenciales, este mes puede convertirse en una pieza importante para reforzar las capacidades de las personas y preparar a la organización para el siguiente curso.

Agosto puede ser mucho más que un paréntesis: es una oportunidad para reforzar  la organización.

Cuando la presión operativa disminuye, la agenda se abre a actividades que durante el resto del año parecen difíciles de encajar: formación, análisis estratégico, mejora de procesos o revisión de competencias. Se trata de aprovechar el contexto para sembrar en verano lo que se cosechará a partir de septiembre.

 

Motor de Transformación

Al igual que muchas actividades comerciales aprovechan el verano para cerrar, renovarse y volver con más fuerza, la empresa familiar puede convertir este mes como un paréntesis  que les permita afrontar septiembre con más energía y preparación.

Podemos permitirnos detenernos, observar y decidir hacia dónde orientar los esfuerzos de desarrollo. Es importante aprovechar el tiempo disponible para impulsar iniciativas que fortalezcan tanto a las personas como a la organización en su conjunto.

1. Construir una cultura de aprendizaje que perdure
En la empresa familiar, el aprendizaje no puede depender únicamente de necesidades puntuales; debe integrarse como parte natural de la actividad. Agosto es un terreno fértil para iniciar o reforzar programas que promuevan el desarrollo de conocimientos y habilidades.

Con menos urgencias diarias, las personas pueden asimilar contenidos de forma más profunda y reflexiva. Esta experiencia positiva favorece que, una vez retomado el ritmo habitual, el aprendizaje continuo se mantenga como hábito organizacional. A largo plazo, esta cultura refuerza la competitividad y la capacidad de adaptación.

2. Formación personalizada y flexible para distintos perfiles
No todos los profesionales de la empresa familiar desempeñan el mismo rol ni se enfrentan a los mismos retos. Por eso, agosto es ideal para ofrecer planes formativos adaptados a cada función, nivel de responsabilidad o área de interés.

Por ejemplo, el equipo directivo puede profundizar en liderazgo y estrategia, mientras que las áreas operativas pueden reforzar competencias técnicas o digitales. La clave está en diseñar itinerarios que, además de responder a necesidades actuales, estimulen la motivación y el compromiso a largo plazo.

3. Elevar la productividad antes de la vuelta
Formarse  implica adquirir conocimientos nuevos y optimizar la forma de trabajar. Se pueden implementar mejoras en procesos internos, incorporar metodologías ágiles o fortalecer la autonomía en la toma de decisiones.

Esta preparación asegura que, cuando lleguen los proyectos de septiembre, el equipo esté listo para actuar con mayor rapidez, reduciendo el tiempo de adaptación y aumentando la eficiencia.

4. Adelantarse a los retos del nuevo curso
Cada septiembre trae consigo nuevos objetivos, proyectos y, en muchos casos, cambios en el mercado o en la regulación. Invertir parte de agosto en preparar a los equipos significa reducir la curva de aprendizaje y ganar capacidad de respuesta.

En la empresa familiar, esto se traduce en más solidez en la gestión, menos improvisación y mayor confianza para afrontar escenarios inciertos. Competencias como el liderazgo colaborativo, la gestión del cambio o la comunicación interna cobran especial relevancia.

5. Consolidar el aprendizaje durante todo el año
El trabajo iniciado en agosto no debe quedarse en una acción puntual. Las herramientas digitales de formación y los programas internos de desarrollo permiten dar continuidad a este impulso.

Crear un entorno donde las personas tengan acceso permanente a contenidos relevantes y actualizados favorece la autonomía, la innovación y la mejora continua. En el contexto de la empresa familiar, esta constancia fortalece la capacidad de transmisión de conocimientos entre generaciones.

 

La tecnología como aliada

Aprovechar agosto para invertir en talento no es solo una cuestión de formación, es sinónimo de visión estratégica.

Supone un compromiso firme con las personas de la organización y garantiza la mejora continua en todo lo relacionado con el trabajo. Hoy en día, la mayoría de las empresas disponen, o tienen al alcance,  recursos suficientes para hacerlo posible.

En este sentido, las nuevas tecnologías se convierten en un factor determinante para impulsar el aprendizaje de los equipos. En un momento en el que la competencia se intensifica y la capacidad de adaptación marca la diferencia, transformar un mes tradicionalmente más tranquilo en un periodo de preparación puede ser la clave entre anticiparse o limitarse a reaccionar.

 

 

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