Desde que comencé mi andadura profesional con las pequeñas empresas he podido observar la repetición de una constante a lo largo de este periodo: las empresas pequeñas afrontan el control financiero de sus empresas con recursos escasos y medios precarios.
Sin embargo, eso no es obstáculo para que se generen infinidad de datos por parte de los sistemas de control y gestión, lo que provoca el empleo de mayores esfuerzos para obtener unos datos económicos que nos permitan la toma de decisiones en la empresa.
El efecto de esa marea de datos provoca dos hechos negativos:
- El control económico se acaba convirtiendo progresivamente en un fin en sí mismo, donde el objetivo último es tener los datos correctamente imputados. Pero no se va más allá, por falta de recursos o por falta de capacidad de análisis. La consecuencia es que el verdadero trabajo del control financiero, que es el análisis de dichos datos para la toma de decisiones a través de un reporte sencillo y preciso, se abandona.
- El segundo hecho, consecuencia del primero, es que por parte de la gerencia se pierde la confianza en los datos que obtiene, bien porque se inunda de datos sin sentido al gerente o bien porque para cuando se obtienen los datos que necesita, ya no le agregan valor alguno. La consecuencia es que el gerente va tomando decisiones al margen de los datos y los va corroborando según su “olfato” o bien, y esto es peor, no se llega a tomar decisión alguna en aspectos relevantes del negocio.
Desde este post, vamos a tratar de dar a los pequeños empresarios, claves para poder gestionar su negocio y medir en todo momento sus resultados para una toma de decisiones en el ámbito económico financiero de sus empresas.