Las que sobreviven varias generaciones y las que mueren en la primera sucesión. Esta es una de las clasificaciones más simple y a la vez triste del futuro de la empresa familiar.
Como datos que ya todos conocemos, las empresas familiares representan el 80% del tejido empresarial del país, por lo que tienen una importante influencia sobre el empleo y el consumo. Pero a este dato hay que añadir que a la primera sucesión sólo sobreviven el 30% de las empresas familiares, y esto está fundamentado por el último dato que voy a exponer: Sólo el 19% de este tipo de empresas tiene un plan de sucesión documentado y llevado a la práctica con antelación.
Tendencias de la empresa familiar
Las tendencias de la empresa familiar han cambiado y esto ya es una realidad que se irá acrecentando por cada año que pase.
En primer lugar vivimos lo que se le llama “el síndrome del Príncipe Carlos”. Hace poco en una charla sobre las sucesiones, el dueño de una importante empresa familiar empezaba diciendo “bueno a mí ya me han quitado de la empresa, me han nombrado Presidente”. Este síndrome lo que nos viene a decir es que cada vez vivimos más y mejor, lo que hace que las sucesiones se alarguen más, y esta generación que sale se quiere sentir útil hasta el final y hay que buscarles actividad.
En este proceso hay que pasar de la dictadura a la democracia, pasar de un líder claro y autoritario que eran nuestros padres, a tener que formar órganos de gobierno y directivos entre hermanos, primos o hermanos y primos. Para ello, tienen que aprender a trabajar juntos, con unos ingredientes muy claros y específicos: Unidad, respeto y confianza, esto con unas reglas definidas y claras pueden ser la delgada línea entre el fracaso y el éxito de la empresa familiar.
Relacionado con esta primera tendencia, que es ya una realidad, hay que añadir los valores necesarios para que esto pueda suceder y que no haya conflictos por el camino, y para esto es fundamental una doble ración de Humildad. No es una norma escrita que el hermano mayor tenga que dirigir la empresa, ni incluso el que tenga más acciones, y es que se nos presentan escenarios en los que el que debe llevar la dirección de la empresa por cualidades y/o formación es tu hermano/a pequeño/a, o tu primo/a que hace unos años estabas llevándolos al parque para que se montara en los columpios. O tomar la decisión de que, después de que hayáis heredado cinco hermanos la empresa, lo que hace falta es que la dirija un profesional independiente que no pertenece a la familia y que tendrás que ponerte a sus órdenes.
Todas las tendencias, valores y reglas se enfocan lo que se le llama el protocolo familiar, desconocido por muchos empresarios y quizás uno de los pasos más importantes que aseguren tu legado en la vida. Este protocolo debe ir complementado con la ayuda, la dirección e incluso el consejo personal a esta generación que entra, de cara a que esto no se convierta en un simple papel firmado de cualquier forma por todas las partes, y si en una realidad tanto oficial como operativa en la empresa.
Y bueno, claro, todo esto no va a servir si no tenemos en cuenta la realidad que nos llega respecto a la transformación digital y la economía colaborativa. Un continuo proceso de cambio que debemos analizar para descubrir en qué aspectos puede afectar a nuestra empresa familiar, así como para detectar nuevas oportunidades para el negocio.
Financiero & Comercial en Japón Matarí