Cisnes negros y empresa familiar – La gestión de riesgos
Quizá sea este un momento apropiado para hablar de gestión de riesgos.
Cuando las cosas van bien todo el mundo quiere hablar de crecimiento e innovación, hablar de riesgos no es agradable y es un tema que se suele obviar.
Claro que, en general, las cosas ahora van mal tirando a muy mal, y eso hace que la gestión de riesgos sea un tema mucho más atrayente en este momento. Hay preguntas que todo el mundo se ha hecho en uno u otro momento durante los últimos doce meses:
- ¿Cómo podríamos habernos preparado mejor para esta situación?
- ¿Qué podemos hacer para reducir el impacto en el futuro?
Empecemos por no fustigarnos demasiado y reconocer que la situación de crisis generada por el COVID-19 es algo muy parecido a un cisne negro.
El concepto de cisne negro fue introducido por Nassim Nicholas Taleb en 2007 y hoy es ampliamente aceptado. Se refiere a sucesos impredecibles de muy alto impacto. El tipo de sucesos que pueden cambiar el curso de la historia de forma inesperada.
Aunque el propio Taleb ha dicho que para él la crisis del coronavirus no es un cisne negro porque no cumple una de las condiciones que estos deben tener, la impredectabilidad. Asegura que esta crisis era predecible.
Pero eso debe ocupar a gobiernos e instituciones nacionales o supranacionales, en lo que a la empresa familiar se refiere el suceso se aproxima bastante a un cisne negro, es muy difícil pensar que alguien tuviera en sus mapas de riesgo la posibilidad de una crisis sanitaria de esta magnitud.
El mapa de riesgos
¿Y donde encajan los cisnes negros en la gestion de riesgos? Veamos primero la forma de analizar todos los riesgos relevantes y cómo estar preparados para gestionarlos.
La gestión de riesgos consiste en listar todos aquellos riesgos que consideramos relevantes para la empresa ponderados por su posibilidad de ocurrencia.
Esto se representa en lo que se llama mapa de riesgos que no es más que un gráfico con dos ejes.
En el eje X listaremos el impacto de los riesgos y en el eje Y la probabilidad de que ocurran.
Pero es fácil imaginar que la clave no está en la forma de representar los riesgos, la clave se encontrará más bien relacionada con el sistema que empleemos para identificarlos y valorar su probabilidad, así como en la forma en que utilicemos esta herramienta.
Para identificar bien los riesgos a que tu empresa se puede enfrentar será indispensable involucrar en este ejercicio a todo el equipo directivo, su eficacia depende de que seas capaz de identificar los riesgos que existen en cada área sin excluir ninguna. Al menos en esta etapa de identificación.
La dificultad añadida en la empresa familiar es que está compuesta por más entidades. No solo existe la empresa sino que también existe la familia y el patrimonio.
Una correcta identificación de riesgos exigirá que expandamos el ejercicio hacia la familia y el patrimonio. Idealmente la empresa familiar contará con órganos de gobierno familiar y patrimonial que se encargarán de asumir este trabajo.
Si no cuentas con los órganos de gobierno adecuados puede ser el momento de que empieces a pensar en establecerlos. La gestión de riesgos no es, desde luego, su razón de ser que está más relacionada con la construcción de la armonía y perdurabilidad necesaria en toda empresa familiar, pero pueden ayudar enormemente a una gestión de riesgos eficaz.
Una vez se cuenta con una identificación adecuada de los riesgos a los que se puede enfrentar la empresa familiar en todos sus elementos (empresa-familia-patrimonio) tendremos que acudir de nuevo a los órganos de gobierno para establecer su impacto y su probabilidad.
Contaremos de esta manera con un mapa de riesgos completo para nuestro sistema familia-empresa-patrimonio. Pero el trabajo no acaba ahí.
La mitigación de riesgos
Conocer los riesgos a los que nuestra empresa familiar se enfrenta es algo muy potente, nos sitúa por encima de la media y eleva nuestra capacidad de gestión. El próximo paso es trabajar para mitigar los riesgos relevantes o elaborar escenarios de actuación para el caso de que se conviertan en realidad.
Lo natural sería actuar primero sobre los riesgos de alto impacto y alta probabilidad, estos constituyen una seria amenaza y deben ser adecuadamente manejados.
Las acciones a tomar pueden ser muy variadas y pueden ir desde reducir la dependencia del sistema al componente determinado que lo provoca (diversificación o innovación), a tratar de disminuir la probabilidad de que ocurra siempre que eso esté a nuestro alcance.
Por supuesto, existe la posibilidad de que no se pueda hacer nada para reducir nuestra exposición al riesgo, en cuyo caso debemos elaborar escenarios o planes de contingencia que nos permitan actuar en el caso de que ocurran.
Para terminar
No nos gustaría terminar sin hacer una referencia al evento al que toda empresa familiar va a tener que hacer frente tarde o temprano.
Un evento con un altísimo impacto y una probabilidad de ocurrencia del 100 %.
Nadie es inmortal y el líder actual va a tener que ser reemplazado tarde o temprano. Hacer una planificación adecuada de la sucesión incrementa notablemente las posibilidades de supervivencia de la empresa familiar.
Si necesitas ayuda con la gestión de tus riesgos no dudes en contactarnos, somos consultores especializados en empresa familiar y estamos aquí para ayudarte.