La empresa familiar es un pilar fundamental para salir de la crisis.

Es evidente que la pandemia, además de consecuencias sanitarias, las está teniendo económicas. Muchas empresas han tenido que hacer frente a caídas de ventas y a cambios en la cadena de suministro. Han tenido que ajustar plantillas, prestar máxima atención a la tesorería, han renegociado contratos, …

Según datos del Instituto de la Empresa Familiar, nueve de cada diez negocios en España están en manos de una familia, que tiene la intención de que la empresa perdure en el tiempo pasando de generación en generación.

En opinión del socio de EY Antoni Murt, existen “valores” muy arraigados en este tipo de organizaciones, como son “la cercanía a sus trabajadores, el propósito de generar valor a largo, la capacidad de adaptación y la toma de decisión concentrada”. Gracias a ellas, las empresas familiares han logrado “capear el temporal provocado por el coronavirus de manera muy responsable”.

La crisis del COVID-19 ha supuesto un enorme desafío para los negocios familiares, pequeñas actividades habitualmente regentadas por autónomos . A pesar de ello, según la Encuesta Mundial de la Empresa Familiar realizada por Price Waterhouse Cooper (PwC), el 86% de estos negocios prevén recuperar en 2022 el volumen de negocio previo a la pandemia. Este porcentaje cae al 78% cuando se trata de autónomos de España con negocios familiares.  

Aún así, continúa habiendo un dato preocupante: únicamente el 14% de las empresas familiares de nuestro país ha digitalizado su negocio, por lo que su transformación sigue siendo la gran tarea pendiente de los pequeños negocios. Según la consultora internacional, las empresas familiares con buenas capacidades digitales y con mejor acceso a datos relacionados con su actividad, han sido las que mejor han gestionado la crisis económica. Sin embargo, en España estos negocios son una minoría. El 79% de los encuestados en nuestro país afirmaron estar comprometidos con la innovación y la tecnología. No obstante, sólo un 14% dan por completada su transformación digital.

En nuestro post sobre la digitalización en la empresa familiar adelantábamos datos sobre la importancia de buscar el balance entre innovación y adaptación a la digitalización como oportunidad para hacerse más fuertes.

Según el informe citado, es necesaria una mayor inversión en herramientas digitales para conseguir otro de los pilares del impulso de la empresa familiar: la sostenibilidad económica. Pese a que el 55% de las empresas familiares dicen estar dispuestas a impulsar las cuestiones de sostenibilidad, sólo el 37% de los entrevistados en todo el mundo -y el 41% en España-, cuentan con una estrategia claramente definida y comunicada.
Además, “es necesario que la sostenibilidad sea una pieza fundamental en su operativa y en su estrategia de negocio a largo plazo”, reclama el informe.

El 75% admite que surgen conflictos en los negocios familiares

Lidiar con la familia y el trabajo siempre es complicado, pero puede que los autónomos y emprendedores que compartan su profesión con los miembros de su familia tengan una dificultad añadida. En España, un 75% de los encuestados admite que existen conflictos dentro de su negocio familiar. Únicamente un 21% afirma no haber tenido nunca un problema de este tipo. Por lo general, esto se debe a que la gestión integral del negocio recae sobre los miembros de la familia sin acudir a terceros ni a mecanismos de resolución. Lo cual, apunta el informe, puede llegar a ser la causa de estos altos niveles de conflicto.

Las empresas familiares también suelen tener un mayor humanismo, preocupación por las personas, afección al entorno social en el que están ubicadas y, por lo tanto, tienen una mayor atención a las consecuencias en las decisiones que toman. Esto puede dificultar tomar «decisiones difíciles», como pueden ser algunas de las relacionadas con el personal. Esto es más fácil si la propiedad familiar está dispersa y la dirección de la empresa no es familiar.

Una cuestión clave para las empresas familiares es la planificación del relevo. La pandemia ha puesto el foco en esto en muchos casos. En unos, para retrasarlo; en otros, para acelerarlo y dejar a una nueva generación más capacitada por el nuevo escenario. Las crisis son problemas y también oportunidades para los que las saben ver. Hay quién dice que «no se tienen que hacer cambios en tiempos de turbulencia», pero las crisis también pueden ser el momento adecuado para hacer cambios pospuestos. La participación de nuevas generaciones facilita, por ejemplo, la digitalización, el lanzamiento de nuevo productos, la implementación de cambios operativos.

Los miembros de las empresas familiares no solo deben enfrentar el gran reto de resolver los temas y conflictos laborales, sino que también se encuentran frente a una inmensa crisis familiar, donde, ante la adversidad, puede perderse la objetividad.

Según vaticina el director general del Instituto de la EmpresaFamiliar, José Luis Blanco, “estamos frente a una situación de crisis que va a expulsar del mercado a muchas compañías, pero también ante una oportunidad histórica sin precedentes para abordar toda una serie de transformaciones tecnológicas en todos los modelos productivos y redefinir un nuevo encaje geoestratégico. De manera imprevista, estamos estableciendo las líneas que van a marcar nuestro futuro como sociedad. Las empresas familiares se enfrentan a un impacto de la crisis similar a las demás, pero pueden llevar a cabo estrategias más alineadas con las tendencias que permitirán lograr la recuperación”.

Valores que refuerzan a la empresa familiar

Pese a todo, la empresa familiar cuenta con una serie de característica que benefician, en muchos momentos, el afán de recuperación con el que actúan ante momentos de dificultad. Algunas de las más relevantes son:

Actúan con un fuerte sentido del propósito: Junto con los millones de profesionales sanitarios y voluntarios, algunas empresas familiares han sido reconocidas como “héroes” en sus comunidades locales y hasta nacionales tras el estallido de la crisis actual, gracias a su implicación y ayuda en los ámbitos en los que podían actuar. Esto se debe a los fuertes valores de estas empresas, que pasan de generación en generación y se transmiten a los empleados, a los clientes y finalmente a la sociedad.

La importancia del Legado: Los sistemas de valores familiares también suelen incluir un compromiso con la preservación del legado generacional. Para algunos, el legado incluye el valor duradero y sólido de la empresa, las personas que la conforman y el impacto en su comunidad. Para otros, los esfuerzos filantrópicos también son una medida de legado, ya sean donaciones o inversiones estratégicas.
Las donaciones privadas están marcando una diferencia crucial, redirigiendo su apoyo financiero para hacer frente al coronavirus, tanto para financiar la investigación científica de una vacuna como para preparar la reconstrucción del futuro.

Estas características de las empresas familiares, junto a otras que hacen de la empresa familiar entidades unicas, son las que están generando oportunidades para la resiliencia, el crecimiento y la recuperación.

Fuentes:
(1) EY
(2) PWC
(3) Eleconomista
(4) IEF
(5) Deloitte

Imagen: <a href=’https://www.freepik.es/vectores/fondo’>Vector de Fondo creado por starline – www.freepik.es</a>