Cualquier persona que dirige una empresa lo sabe: hacer negocios hoy tiene poco que ver con lo que era hace apenas unos años. Cambios tecnológicos, nuevas demandas sociales y una evolución constante en los hábitos del consumidor están transformando la manera de competir.
La diversidad se está consolidando como un activo estratégico.
Mayo, como Mes Europeo de la Diversidad, es una oportunidad para replantearse la inclusión más allá del cumplimiento o la responsabilidad social. Cada vez más empresas entienden que integrar distintas miradas, trayectorias y formas de pensar consiguen enriquecer los equipos y mejorar directamente la capacidad de adaptación y la calidad de la toma de decisiones.
La diversidad es un recurso empresarial
La diversidad en la empresa no se limita a la composición del equipo. Abarca también la forma de liderar, diseñar procesos, desarrollar productos y conectar con los clientes. Y se manifiesta de múltiples formas:
- Demográfica, incluyendo talento diverso en cuanto a género, edad, origen cultural o identidad.
- Experiencial, sumando distintas trayectorias profesionales, sectores, formaciones y experiencias vitales.
- Cognitiva, incorporando distintos estilos de pensamiento, enfoques para resolver problemas, personalidades y formas de liderazgo.
Esta diversidad, cuando se gestiona con inteligencia, tiene un impacto directo en el rendimiento. Permite generar ideas nuevas, aumentando la objetividad del análisis, mejorando la toma de decisiones y fortaleciendo el vínculo con el entorno.
Empresas que evolucionan
En un momento en el que algunos países están experimentando un retroceso en políticas de diversidad debido a cambios normativos y presiones políticas, muchas empresas se han visto obligadas a revisar e incluso eliminar sus programas en esta materia.
Frente a ello, el caso español, muestra una tendencia más sólida y sostenida: el 84 % de las organizaciones en España no ha modificado sus políticas de diversidad, apostando por mantener una línea coherente con sus valores y objetivos estratégicos.
Este dato no es menor. En un entorno global donde los posicionamientos empresariales pueden influir directamente en la reputación, el acceso a talento o la relación con los clientes, sostener políticas de inclusión refleja coherencia y visión de largo plazo.
Los equipos diversos tienden a innovar más, y de forma más eficaz. Las empresas que combinan diversidad en sus equipos y en sus liderazgos generan entornos más flexibles, abiertos al aprendizaje y orientados a encontrar soluciones diferentes.
Las pequeñas y medianas empresas familiares también están ganando terreno en este enfoque, integrando talento sénior, incorporando nuevas voces y reconociendo el valor de equipos más heterogéneos. Y lo hacen, muchas veces, con mayor agilidad y cercanía.
La empresa familiar, una oportunidad para innovar desde la diversidad
Lejos de ser un obstáculo, la estructura familiar puede ser un entorno propicio para repensar la forma de innovar. La transmisión del legado, el conocimiento profundo del entorno y la toma de decisiones a largo plazo pueden combinarse con nuevas perspectivas que desafíen inercias y abran camino a la evolución.
La diversidad no amenaza la identidad de la empresa familiar: la complementa. Integrar otras formas de pensar, de interpretar los retos y de proponer soluciones puede marcar la diferencia entre repetir fórmulas del pasado o diseñar un crecimiento sostenible.
Desde Japón Matarí creemos firmemente en el papel protagonista de las empresas como motor del progreso social y económico. Por eso, acompañar a las familias empresarias en su evolución no es solo parte de nuestro trabajo: es una de nuestras prioridades.
Fuente
(1) Expansión
(2) Blog CaixaBank