Ya os hablábamos en este post sobre los 4 pilares fundamentales de la empresa familiar. Recientemente, en este otro post, profundizábamos en el primer pilar, la familia: las personas que la componen y las personas que aún sin ser de la familia están involucradas en la PYME Familiar son sin duda su activo más importante.
Hoy queremos abordar el segundo pilar básico de toda PYME familiar, que es la propia empresa.
Este pilar supone:
- Organizar y controlar el modelo financiero y económico que dé soporte al negocio.
- Identificar y conocer profundamente a los clientes objetivos para poder definir de manera coherente qué propuesta de valor vamos a ofrecerles en forma de productos o servicios.
- Seleccionar los canales y los modelos de relación idóneos para captar, mantener y fidelizar a los clientes.
- Dotarse de los recursos humanos, materiales, intelectuales y financieros necesarios que va a permitir desarrollar las actividades claves y los procesos de negocio. Adecuarlos y optimizarlos para conseguir cumplir con las expectativas de sus clientes.
- Dotar a la empresa de la estructura de las personas adecuadas. Con el grado de formación y experiencia que exija cada puesto de trabajo. Tener un equipo directivo profesionalizado con el suficiente criterio y autonomía para tomar decisiones adecuadas y que conozca las herramientas para ejecutar las acciones necesarias.
- Crear los foros y comités de distintos niveles de responsabilidad para la puesta en común de ideas, situaciones y planteamientos. Hacer seguimiento de las acciones y evaluar la consecución de objetivos.
Las empresas familiares necesitan ser gestionadas como cualquier otra empresa pero…algo más.
Los cambios generacionales afectan especialmente a las PYMES Familiares, porque suelen coincidir con etapas de maduración de sus negocios.
El grado de profesionalización en la gestión de las PYMES Familiares está en la mayoría de los casos supeditado al nivel de formación de los miembros de la familia, que por desgracia casi nunca es el más idóneo.
Hay una enorme dependencia de que la persona de vértice o máximo responsable tenga el grado de iniciativa y emprendimiento necesario para abordar todos estos temas. Y además la actitud adecuada para reconocer las decisiones adecuadas y llevarlas a cabo.
Cualquier empresa debería investigar y conocer su entorno. El general y el particular de su sector, incluidos los movimientos de su competencia. Saber anticiparse a los cambios que van a afectarle, identificar los retos que tiene que afrontar para tomar las medidas adecuadas y planificar los proyectos y acciones que le van a llevar a superar con éxito cualquier situación.
Cualquier empresa tiene que revisar continuamente su modelo de negocio y adaptarlo a los cambios de su entorno para seguir manteniendo su competitividad en un mercado cada vez más global.
Por todo ello, desde este segundo pilar nos proponemos ayudar a las personas que conforman las PYMES Familiares de nuestro entorno a:
- Analizar sus negocios y mejorar su competitividad.
- Mejorar la gestión de sus empresas, dotándose de los recursos y herramientas convenientes.
- Identificar los retos que tienen que afrontar.
- Diseñar los proyectos y acciones que deberían poner en marcha.
- Conseguir ejecutar lo que se planifica.