Cuando tienes problemas intentas solucionarlos. Es la naturaleza humana, todos lo hacemos.
Lo que no todos solemos hacer es reconocer nuestras limitaciones. No sabemos de todo y existen determinados tipos de asuntos con los que te encuentras por primera vez e incluso hay algunos con los que solo te encuentras una vez en la vida.
Llegar a discernir claramente cuando se necesita ayuda no es fácil, la tendencia natural es involucrarse y empezar a buscar la solución. Los humanos somos expertos en el autoengaño y tendemos a sobreestimar nuestras habilidades.
Lamentablemente esto no suele ser una buena idea, es más, casi te diríamos que a veces solo añade otro puntito de complejidad al problema.
Por eso es importante ser capaz de distinguir claramente cuando el problema necesita un punto de vista externo. Una visión nueva. Es en este momento cuando debes considerar que los consultores de empresas familiares están solucionando problemas de este tipo de empresas contínuamente. Acumulan una experiencia muy relevante y saben cuál es el mejor camino a seguir.
¿Vas a arriesgar la perdurabilidad de tu empresa familiar por intentar hacerlo tú mismo?
Porque claro para problemas “normales” lo adecuado parece utilizar los recursos de la empresa. Para eso los tienes y hay que utilizarlos.
Pero, ¿qué hace que los consultores de empresas familiares sean el mejor recurso que puedes utilizar cuando los problemas son realmente importantes?
Un diagnóstico basado en la experiencia
Seguro que estás de acuerdo en que un buen diagnóstico es una de las claves hacia la resolución de problemas.
Pero un buen diagnóstico no está al alcance de todos, cuando estás involucrado en la gestión de una empresa familiar es inevitable que tu visión esté sesgada por la propia idiosincrasia de la empresa, de la familia, de las relaciones entre sus componentes y del momento particular por el que está pasando tu sistema familia-empresa-patrimonio.
Cuando un consultor de empresas familiares se enfrenta con el problema por primera vez vas a ver que inmediatamente empieza a hacerte muchas preguntas. Recopilará toda la información posible para contrastarla con su experiencia en la gestión de problemas similares y llegar al mejor diagnóstico posible.
Vas a tener la tranquilidad de que el posible sesgo desaparece. El análisis se hace de forma profesional y se llega al mejor diagnóstico posible
Desarrollo del mejor plan de acción para tu empresa en este momento
A partir de aquí empieza la planificación, ya conoces el origen del problema y se trata de desarrollar un plan de acción adecuado.
Elaborar un plan no es demasiado difícil, se trata de definir tareas, asignar recursos y fechas. Pero hacer un plan que funcione ya tiene algo más de secreto. Los planes que se elaboran sin la experiencia de conocer los resultados de otros planes similares tienden a pecar de demasiado positivismo.
El consultor de empresa familiar cuenta con la experiencia para proponerte el mejor plan de acción: aquel que tiene en cuenta las particularidades de tu empresa, tu familia, el entorno en el que se mueven y que además cuenta con muchas posibilidades de tener éxito porque saben cómo han funcionado planes similares en otras empresas.
La empatía, la capacidad de comunicación.
Estamos discutiendo aquí de problemas serios, los que ponen en peligro la continuidad de tu proyecto y lo hacen porque afectan a sus pilares básicos.
Ningún proyecto se puede llevar a cabo sin la comunicación adecuada, hay que involucrar, convencer o negociar con personas que tienen sus necesidades y miedos. Te van a hacer falta unas altas dosis de empatía y una gran capacidad de comunicación, algo que todo buen consultor de empresa familiar va a poner sobre la mesa.
Hasta ahora hemos hablado del diagnóstico y el plan, tanto la empatía como la comunicación son muy necesarios para poner en práctica estos dos componentes de la resolución de problemas pero cuando realmente van a ser necesarias es durante la implementación del plan de acción.
Todos los miedos y las preocupaciones saldrán a la superficie cuando el plan se ponga en práctica y durante este proceso es clave mantener la comunicación necesaria y entender los sentimientos y las acciones de las personas afectadas por el cambio. Algo que solo se puede hacer desde la experiencia de haber tratado con casos similares.
¿Cuándo necesitas un consultor de empresas familiares?
La respuesta sencilla es cuando te enfrentes a un problema para el que no dispones del conocimiento o de los recursos necesarios que te permita enfrentarte a él.
Podrían ser por ejemplo problemas nuevos asociados al crecimiento como la necesidad de una gestión financiera eficiente, la profesionalización de determinadas áreas de tu negocio o la implantación de políticas de remuneración.
También es muy, muy aconsejable que al menos consultes con ellos cuando existe la necesidad de implementar un protocolo familiar o cuando se acerca el momento de plantear la sucesión (aunque en este caso es mucho mejor plantearlo cuando todavía no hay presiones de tiempo para hacerlo)
Nosotros somos consultores de empresas familiares y por supuesto estamos a tu disposición para discutir cualquiera de estos problemas contigo. Estamos convencidos de que nuestra ayuda te va a resultar útil.