La gestión de la empresa familiar se diferencia de la gestión en la empresa convencional en un punto fundamental.
Mientras la empresa convencional se centra en buscar el éxito empresarial, para la empresa familiar este éxito es un medio para conseguir un bien mayor.
La perdurabilidad en armonía, la subsistencia a través de crisis y generaciones mientras es una fuente de estabilidad y riqueza para sus integrantes.
Hay muchas más diferencias sutiles, pero esa es la principal.
Y esta diferencia esencial en el modelo de gestión debe implicar otro conocimiento no menos importante: la perdurabilidad en armonía hay que trabajarla, no viene por sí misma y requiere reconocer las principales fuentes de conflicto que se van a dar durante la vida de la empresa.
Porque el conflicto es inevitable, el tiempo pasa y el sistema de la empresa familiar crece. Tanto en cuanto a la familia como en cuanto a la empresa. A medida que el sistema crece en complejidad aparecen nuevos problemas.
El buen liderazgo no consiste en evitar los problemas, consiste en conocer, en la medida de lo posible, aquellos que es más probable que ocurran y establecer los entornos necesarios para que se les pueda dar solución.
Problemas relativos al capital
En la empresa familiar hay al menos dos sistemas que solicitan recursos, la empresa y la familia, mientras solo hay uno que los genera, la empresa.
Se establecen, por tanto, flujos económicos entre estos sistemas que necesitan de algún tipo de regulación, porque a menudo son incompatibles.
La empresa tendrá unas necesidades de financiación para mantenerse competitiva y en crecimiento mientras que la familia presentará demandas por distintos conceptos que pueden ir desde el pago de ciertos gastos hasta la formación de los miembros de la familia, pasando por políticas de remuneración o necesidades especiales.
Las preguntas clave que habrá que responder serán, ¿cómo repartimos los recursos financieros entre la empresa y la familia?, ¿qué criterios seguimos para tomar decisiones?
Problemas relativos al gobierno corporativo y familiar
El buen gobierno es un tema recurrente entre los profesionales que trabajamos con empresas familiares, es la mejor herramienta para conseguir las tan ansiadas armonía y perdurabilidad.
Aunque también es una fuente recurrente de problemas cuando no está solucionado adecuadamente.
Al ser un sistema complejo formado por la familia, la empresa y el patrimonio, la solución tiene que ser aquella que trate los tres sistema de forma holística. No son sistemas independientes sino que interactúan entre sí.
En este artículo profundizamos en nuestra solución preferida. El plan global familia-empresa.
Problemas relativos a la incorporación de directivos y familiares
El punto principal en este apartado es la profesionalización de la empresa familiar. Considerando esta como la incorporación de profesionales externos a la familia en posiciones de responsabilidad.
Cuando la empresa familiar es aún pequeña la tendencia natural es la de ir incorporando familiares sin prestar mucha atención a si son las personas adecuadas para los puestos en cuestión.
Esta política tiene beneficios evidentes pero tiene una, también evidente, fecha de caducidad. Esta fecha dependerá principalmente de la velocidad de crecimiento de la empresa, aunque también, en menor medida, del crecimiento familiar.
Llegará un momento en que se presentarán conflictos, bien por demandas de igualdad de oportunidades entre miembros de la familia, bien porque los resultados de la empresa se resientan y demuestren que es necesario profesionalizar la gestión.
La solución pasará por establecer criterios claros que establezcan los requerimientos de cada puesto, así como por la creación de planes de crecimiento y formación que habiliten a los familiares para optar a esos puestos.
Problemas relativos a la gestión de conflictos
El conflicto es inherente a los grupos humanos, hay conflictos en las empresas y conflictos en las familias. En una empresa familiar, en la que confluyen estos dos escenarios, es muy probable que haya una buena cantidad de ellos.
Como dijimos anteriormente, la solución no pasa por intentar evitarlos. Tienen que ocurrir inevitablemente.
Las medidas que se pueden tomar están alineadas con tener un métodos de resolución de conflictos consensuado con toda la familia y que se aplique consistentemente.
Si quieres aprender más sobre esto puedes hacerlo en este link.
Problemas relativos al mantenimiento de la cultura familiar y corporativa
Una empresa familiar nace de un emprendimiento, crece y se desarrolla dentro de una familia mientras va incorporando elementos externos a medida que el crecimiento se acelera.
En este camino se desarrollan unos valores que se van convirtiendo en esenciales. A menudo de manera informal.
Estos valores terminan constituyendo la cultura de la empresa familiar. Cuando no se explicitan y se comunican de forma adecuada suelen ser fuente de conflictos importantes.
La prevención pasa por la definición de la misión y la visión de la empresa familiar a través de un proceso de consenso en el que se incorporan las distintas sensibilidades.
Cuando todos los miembros de la empresa familiar tienen clara la cultura a la que pertenecen todo se hace mucho más fácil.