El apego a la familia en España es una característica cultural muy arraigada que puede tener un impacto positivo en las empresas familiares. En este tipo de organizaciones la familia es tanto propietaria como gestora del negocio, lo que significa que los miembros de la familia tienen un vínculo emocional y financiero con la empresa.
Se genera un mayor compromiso y dedicación por parte de los miembros de la familia que trabajan en el negocio que se traduce en lealtad hacia la empresa y una mayor motivación para trabajar duro y lograr el éxito a largo plazo.
El apego a la familia puede ser un arma de doble filo para las empresas familiares.
Es importante reforzar la profesionalización de este modelo de negocios
Uno de los errores más frecuentes cometidos por los miembros de una empresa familiar es tener un exceso de confianza, lo cual puede ralentizar la gestión de la empresa y convertirla en una fuente de autoempleo o de subsistencia para la familia, en lugar de verla como una unidad de creación de valor.
Es por este motivo que contratar a las personas adecuadas para lograr la profesionalización de la organización y generar valor es de vital importancia para la empresa familiar.
La promoción de la profesionalización empresarial a través de la difusión de mejores prácticas y capacitación, principalmente en lo que a gobierno corporativo se refiere, es una vertiente de trabajo importante. Fomentar la diversidad dentro de los consejos de administración, la importancia de la sucesión directiva y el manejo de conflictos para preservar las relaciones familiares y el negocio, son algunos de los temas que se abordan en la promoción de la profesionalización.
Compartir la misma visión de futuro
La empresa debe ser administrada de manera profesional y eficiente en todas las áreas. Esto puede incluir la contratación de consultores externos, la creación de un consejo asesor y la implementación de procesos y políticas claras para asegurar la transparencia y la rendición de cuentas.
No podemos olvidarnos que la eficiencia de una empresa familiar de primera generación, es decir, fundada y dirigida por sus propios fundadores, suele ser mayor que la de una empresa de segunda o tercera generación. Esto se debe a que los fundadores tienen una gran motivación personal para hacer que su empresa tenga éxito y están altamente involucrados en todas las áreas del negocio.
Sin embargo, a medida que la empresa pasa a manos de la segunda o tercera generación, la eficiencia puede disminuir. Los nuevos líderes pueden no tener la misma motivación personal que sus predecesores, y pueden tener diferentes objetivos y prioridades. Además, pueden faltar habilidades y conocimientos específicos para administrar y hacer crecer la empresa.
Para mantener la eficiencia y asegurar una transición exitosa, es crucial que la empresa establezca un plan de sucesión y capacitación para los herederos. Esto debe incluir la identificación de los talentos y habilidades necesarias para dirigir la empresa, así como la capacitación y el desarrollo de los herederos para que puedan asumir esas responsabilidades.
Establecer objetivos
En nuestro país, las empresas familiares tienen una duración promedio de 35 años durante los cuales se enfrentan a problemas de sostenibilidad o incluso luchan para no desaparecer. Por lo tanto, es importante que las empresas familiares establezcan objetivos realistas y medibles para lograr una sostenibilidad a largo plazo.
Para lograr la continuidad y generar valor a lo largo de los años, las empresas familiares deben planificar y establecer un umbral mínimo de sostenibilidad y longevidad, identificando los factores críticos que pueden afectar y definir las medidas necesarias para garantizarla. Esto implica una planificación cuidadosa, una toma de decisiones estratégica y una gestión eficaz de los recursos que garantice la prosperidad de la organización..
Si estás pensando en profesionalizar tu empresa y necesitas acompañamiento en tu plan de transformación, podemos ayudarte.
Fuentes:
(1) El Economista
(2) Forbes México
(3) IESE
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